PUBLICACIÓN BIMESTRAL DE LA UNIÓN DE CONSUMIDORES DE ARGENTINA. Nº 15. DICIEMBRE 2014

Cuáles son los engaños más frecuentes en torno a las locaciones en temporada de vacaciones y cómo protegerte.

El fin de un año agotador, el inminente comienzo del próximo, la creciente cercanía del planeta tierra respecto del sol y las ansias de abandonar toda actividad rutinaria confluyen en una única y maravillosa palabra: vacaciones. Claro está que habrá quienes permanezcan cómodos en sus hogares haciendo caso al sentido más estricto de la palabra (del latín, “vacatio”, vacante, una dispensa de trabajo) y se limiten a no concurrir a sus empleos, entretanto, otros visitarán sitios de interés, algunos se entregarán al consumismo más absoluto y por supuesto no faltarán quienes tras un extenso y complejo planeamiento se trasladen solos, en pareja o en familia a disfrutar de paisajes, culturas o urbes lejos de sus casas. Para ellos está dirigido este artículo. En primer término, tal como observase oportunamente el Dr. Fernando Blanco Muiño -Presidente de la Unión de Consumidores de Argentina- la distancia entre el asiento habitual del interesado y el lugar que se pretende alquilar hace imposible su visita previa, lo que inexorablemente facilita el engaño de quienes con buena fe buscan un hospedaje. A raíz de lo dicho, los engaños más frecuentes en torno a las locaciones en temporada de vacaciones –y también el resto del año – suelen estar relacionados con la errónea y malintencionada descripción del inmueble, la omisión de costos varios no mencionados al momento de contratar que luego se pretenden percibir, y claro, las fotografías que distan mucho de ser ilustrativas para convertirse casi en obras de arte.

¿De qué forma podrían engañarme?
- Fotografías: retoques digitales de condiciones como luminosidad del inmueble, enfoques y planos tendientes a simular dimensiones mayores, y como siempre, las clásicas imágenes del departamento/casa en todo su esplendor, reales, si, pero con algunos años de antigüedad.

- Ubicación: “a 100 metros de supermercado”, y resulta ser que no era más que una pequeña despensa, o bien “a 5 cuadras del mar” y desgraciadamente justo allí no había salida posible a la costa o peor aún, son cuadras de 250 metros. Créanlo, sucede todo el tiempo, justo en temporada, las calles suelen alargarse.

- Precio: pocas cosas son menos gratas que llegar, intentar retirar la llave y anoticiarse de que se debe dejar “un deposito” por eventuales roturas. ¿Es lícito solicitar el depósito? Si, lo es. Pero, es condición que el mismo se informe necesariamente al momento de suscribir el contrato, pues de lo contrario estaremos sujetos a la voluntad del locador. Existen frecuentes problemas también respecto del importe proporcional de expensas comunes o seguridad privada que el lugar alquilado posee normalmente.

- Cuestiones ajenas al inmueble: en realidad no son tan ajenas, solo están a unos metros. Podría suceder que la casa de veraneo se encuentre lindante con una obra en plena construcción, muy próxima a una zona de bares con tránsito nocturno permanente, cerca de alguna atracción determinada, etc. todo lo cual no suele ser muy adecuado a la hora de descansar, por lo que el agente inmobiliario o quien ofrezca el inmueble debería informarlo oportunamente.

¿Cómo puedo evitarlo?
- Máxima precisión: el contrato de locación del inmueble debe tener como objeto la casa o departamento que se pretende alquilar, y en efecto, se alquilará. No permita la utilización de términos genéricos que den lugar, luego, a la modificación de las condiciones del contrato, y recuerde que no se trata de un hotel en el que le asignarán una habitación de tantas disponibles, sino que abonará una suma determinada a cambio de hospedarse en una locación definida. Solicite se detalle del modo más minucioso posible el mobiliario, artefactos y electrodomésticos, utensilios, etc. y al momento de ingresar confirme que todo lo descrito coincida en unidades y estado de conservación para, eventualmente, realizar el reclamo pertinente porque luego, podría ser tarde, y será usted quien deba abonar el o los faltantes. De ser posible, solicite que se adjunten fotos al contrato de locación. Nota: es fundamental que quien ofrece el inmueble acredite su identidad, de ser necesario, exija la exhibición del DNI.

- Control de consumo: es necesario tener en cuenta el consumo propio de gas y energía eléctrica. Repetimos, el gasto propio. Podría ocurrir que el locador intente cobrar el total del gasto que el medidor expone, de manera que debemos deducir el consumo que inicialmente presentaba al momento del ingreso.

- Medios electrónicos de pago: la impaciencia y el famoso “asegurar el lugar” frente al temor de que otro lo tome, son grandes enemigos a la hora de realizar el pago. Nunca realice pagos parciales –adelantos- por medios electrónicos a personas que no ha conocido más que por un mero intercambio de mensajes, ni utilice sitios no seguros (aquellos que no utilizan protocolo https) pues es una de las formas más comunes de ser estafado. Es necesario tener total seguridad sobre la titularidad de la cuenta a la que se pretende enviar dinero. - Internet como aliado: es cierto que las fotos pueden engañarnos y que los contactos pueden no ser del todo confiables, pero la red provee herramientas útiles, hoy casi indispensables para lograr nuestro cometido. Podemos utilizar aplicaciones y herramientas satelitales –Google Maps, Street View, entre otras- para intentar verificar que el inmueble efectivamente existe.

Si tengo problemas ¿Qué hago?
Preventivamente es fundamental recolectar pruebas pues, aun cuando las cosas no resulten como las planeamos, podemos obtener una reparación, por eso es importante tener información que acredite lo ocurrido. No es para nada grato guardar datos ante eventuales conflictos, pero mejor prevenir que curar. De ser posible, conserve capturas de pantalla, enlaces de sitios web, códigos de publicación, clasificados de periódicos impresos, imágenes de la locación al ingresar, etc.
En todos los casos, una vez que ha tenido lugar algún inconveniente, primero intente contactarse con quien gestionó la locación o bien con quien ha identificado como dueño. En caso de arribar a destino y no encontrar inmueble alguno –el clásico caso de quien alquila un médano o una bonita parcela en medio del mar-, realice la denuncia de inmediato en la sede policial más próxima. Lo mismo opera para casos en que el inmueble se encuentra ocupado por otro inquilino (el caso de alquileres múltiples es más frecuente de lo que se cree).

Si el estado del inmueble no es óptimo, registre del modo más fielmente posible las condiciones del mismo. Comuníquese con el responsable y solicite la reparación de averías, y/o el reconocimiento de faltantes. No realice gastos en concepto de reparaciones sin poner en conocimiento al responsable del departamento, podría no volver a ver su dinero (si lo hace, conserve recibos y comprobantes para el reclamo posterior). Es importante saber que, eventualmente, podrá resolver el contrato ante el incumplimiento de las obligaciones del locador (por ejemplo: la no reparación urgente de una tubería, un escape de gas, etc.)

En todos los casos, podrá reclamar los daños y perjuicios sufridos a causa de los incumplimientos del locador, incluso, dada su gravedad podría obtener un resarcimiento por el daño moral padecido. Recuerde que el Código Civil, la Ley de Defensa del Consumidor, e incluso la mismísima Constitución Nacional lo amparan, no se deje engañar, y aun cuando esto suceda, no pierda de vista que el derecho lo asiste, solo es necesario mover las piezas adecuadas.

Publicado en Infobae, 23/11/2014